
AUTOCONOCIMIENTO, CLAVE PARA ENTENDER LOS CONFLICTOS EN LA RELACIÓN DE PAREJA
Iniciar una relación de pareja es como iniciar un viaje. Cada miembro de la pareja lleva su propio equipaje con todas las cosas que ha aprendido a lo largo de su vida (toda una variedad de ideas preconcebidas sobre cómo ve el mundo, cómo debe ser una relación de pareja, cómo expresar el amor…).
Una gran parte de este equipaje tiene que ver con las experiencias vividas en sus respectivas familias de origen, de las cuales no son del todo conscientes o se minimiza la importancia que pudieran tener en la propia relación de pareja. Cada miembro de la pareja lleva en su equipaje su propia historia personal con sus valores, condicionamientos, sus carencias y necesidades no cubiertas. Lo que hizo o no hizo su padre, su madre y otras figuras significativas (hermanos, abuelos…) generaron un cúmulo de experiencias que no necesariamente tienen que recordarse para que sigan afectando a la forma en que cada uno tiende a relacionarse en determinadas situaciones y que se asemejan o guardan algún tipo de paralelismo con acontecimientos pasados.
Los vínculos van a estar condicionados por las vivencias previas (sentimientos de aceptación o rechazo, situaciones de apoyo o abandono, experiencias de reconocimiento o crítica y humillación, conflictos interpersonales…) y la mayor o menor atracción también va a tener que ver tanto en los rasgos positivos como negativos con lo vivido, con esa imagen internalizada que fue creada en las interacciones mantenidas con la madre, el padre y otras figuras que fueron importantes en los primeros años de vida.
Los conflictos intrapersonales, aquéllos que cada miembro de la pareja lleva en su interior y que no han sido resueltos, van a activarse en la relación y, en muchas situaciones, llevan a enfrentamientos que se repetirán una y otra vez en cuestiones centrales o importantes, produciendo un desgaste considerable. Estos conflictos también van a poner de manifiesto cuál es la forma de comunicarse, de manejar las emociones, de manifestar amor, de comprometerse…De ahí la importancia de que cada miembro de la pareja sea consciente de lo que le corresponde y trabaje en su autoconocimiento para no responsabilizar al otro/a de algo que sólo le pertenece a él/ella.
En algunos casos, esta falta de autoconocimiento tiene un elevado coste para la relación de pareja y suelen generarse vínculos entre aquellas personas que buscan que alguien les lleve el propio equipaje y quienes tienen la tendencia a llevar equipajes ajenos. En estos casos uno espera que el otro miembro de la pareja se haga cargo y otro tenderá a hacer más de lo que le corresponde.
Así, determinadas experiencias pasadas y todos aquellos sentimientos que quedaron grabados en el inconsciente se vuelven muy presentes en las relaciones de pareja e invitan a comprender la propia dinámica intrapersonal (la que se tiene en la relación con uno mismo) e interpersonal (la que se tiene en la relación con el otro). Las dificultades que pueden presentarse en el presente de la relación brindan una oportunidad única de desarrollo personal y el viaje al amor propone un camino hacia el autoconocimiento.
Por ello, sanear el equipaje emocional personal es fundamental para tener relaciones saludables y cuanto más se trabaja en el propio autoconocimiento, más salud interior se genera y más probabilidades existen de tener relaciones sanas. De la misma forma, el mayor esfuerzo reside en convertirse en un buen compañero o compañera de viaje antes de buscar afanosamente ese ideal de pareja del que se espera que resuelva los nudos emocionales del propio equipaje interior y cubra todas las necesidades infantiles insatisfechas.
“Somos menos libres de lo que creímos, pero podemos reconquistar nuestra libertad y salir de la repetición comprendiendo lo que pasa, atrapando esos hilos en su contexto y en su complejidad” (Schutzenbuger)